viernes, 17 de julio de 2009

Compañía y Soledad

COMPAÑÍA Y SOLEDAD

A Compañía le gustaba estar rodeada de gente, se sentía segura y se complacía de tener siempre a alguien cerca con quien poder hablar o simplemente compartir el silencio.

No había nada mejor para ella que levantarse por la mañana, todavía abrazada a la persona con la que había decidido estar, y saber, mas bien tener la certeza, de que ese sería un día que no iba a estar sola.

Hablar, tocarse, reírse, mirarse, compenetrarse, son tiempos verbales que formaban parte de su vida, no se hacia a la idea de que su paso por este mundo fuera de otra manera.

La alegría y el amor eran sus pilares, al igual que la sinceridad y la honestidad cubrían su casa y la dotaban de solidez, de sentido, de amparo.

Salir a conocer gente era el pan de cada dia y organizar citas para ir a pasear al campo eran cosas imprescindibles para sentirse realizada.

A todos acogía en su seno con amabilidad, pues le constaba que de ello dependía su subsistencia y se esforzaba por quedar bien con todos y dar muestras de agradecimiento ante cualquier sugerencia o consejo que le pudieran dar.

Era feliz y no comprendia como había personas que no pensaran o actuaran igual que ella.

Tenia claro que el mundo seria mucho mejor con mas gente como ella, no habrían tantas guerras ni se cometerían tantas injusticias como las que escuchaba con indignación por las noticias de los informativos.

Tenia tan claro la formula de la felicidad que no dudaba en comprometerse con organizaciones solidarias o cualquier otra forma de integridad social para pasarlo bien, siempre en contacto con mas personas...

Excepto, quizás...



Soledad era diferente y no por ello mas desgraciada que Compañía.

A Soledad le encantaba el silencio de su casa, los momentos cómplices que con ella misma tenia cuando dejaba volar su imaginación, y se convertía en miles de personajes alucinantes que poblaban el sinfín de la tierra, sin seguir estereotipos sociales marcados por la moda, o por los modales de la época.

Pasear por la orilla de la playa escuchando el sonido del mar, le sugerían mas iniciativas que estar rodeada de expertos en cualquier materia.

Le fascinaba conocerse a si misma, se daba cuenta que estaba en constante crecimiento y observar su interior, sus emociones la llenaban completamente.

Soledad sabia que la evolucion personal pasa por examinarse cada dia y saber verdaderamente lo que uno desea, lo que uno quiere, y esto es algo que mejor se hace a solas.

Cuando le venían a buscar sus amigas/os para salir por ahí o simplemente para interesarse por su estado de salud, a Soledad le parecía como una intrusión hacia su persona, no se lo tomaba a mal, al contrario, agradecía la cortesía de la gente, pero disuadía a sus amistades tan pronto como podía, para poder volver a estar de nuevo como a ella le gustaba, consigo misma.

Soledad era meticulosa y ordenada y siempre que podía lo tenia todo bajo control, como hemos visto, hasta a sus amigos, que los dejaba al margen de todas sus experiencias, ¿ como la iban a entender, ellos, siempre tan alocados y viviendo la vida loca ?

Mejor dejar las cosas como estaban, cada uno hace lo que quiere, total, ella no hacía daño a nadie y era feliz con su forma de manejarse la vida...

Excepto, quizás....



Un día Compañía y Soledad se encontraron.

Era una mañana de sol radiante y Soledad, como de costumbre, estaba sentada en un banco meditando y escuchando el murmullo a lo lejos de las olas de la playa, imaginando quien sabe que, y sobre que estaría pensando o fantaseando, cuando de pronto un grupo de gente se le acercó y le preguntó si quería participar en un juego de pelota al que necesitaban una persona mas para poder jugar.

Ensimismada, Soledad contestó por defecto que no, pero como los otros insistían que con cinco no podían jugar, al final acabó aceptando, un dia era un dia, se dijo, y total, no les conocía de nada, así que problablemente cuando acabaran no volvería a saber mas de ellos.

La pareja de juego, como no podía ser de otra manera en esta historia, fue Compañía, y la verdad es que lo pasaron todos genial, sobre todo Soledad, que hacia tiempo no se relacionaba con nadie.

Los amigos de Compañía jugaban tan bien en parejas, que de pronto un hombre se les acercó y les ofreció jugar en la liga del barrio, una competición que duraba unas semanas, pero que solo se jugaba en equipos de cuatro.

Estaba claro que Compañía y Soledad quedaban al margen, y el buen hacer de la primera, dio su visto bueno y no le importó, de momento, quedarse al margen y que sus compañeros disfrutaran.

Al día siguiente comenzó la competición y el equipo tuvo que trasladarse a otro barrio para enfrentarse al equipo anfitrión, de esta manera Compañía, después de tanto tiempo, se quedó sola.

Se levantó y no sabia que hacer, las palabras se le agolpaban en la boca, y no había nadie con quien hablar.

Sin darse cuenta ese día no se duchó, tampoco hizo la cama, tan desazonada como se encontraba, y con la casa por barrer, decidió darse un paseo para ver si encontraba alguna amistad por el parque, pero no fue así.

Ese día no había nadie conocido por la calle y no se encontraba con ánimos para entablar conversación con desconocidos, no es que estuviera disgustada, sencillamente se encontraba fuera de sitio, y esto es mucho pedir para alguien que siempre esta acompañado.

A lo lejos vio a Soledad sentada en el mismo banco que ayer y no dudó en acercarsele y entablar conversación, cosa que a Soledad no acabó por entusiasmarla, aunque si la animó al recordar lo bien que lo habían pasado la tarde anterior,

Soledad escuchaba cordialmente y Compañía no paraba de hablar de que sola se había quedado y de esto y de aquello, cosas que por lo demás, aburrían soberanamente a Soledad.

Cansada de aguantar tanta verborrea intrascendental para ella, Soledad tapándole la boca a Compañía, le dijo gestualmente que escuchara el sonido de la vida, que se llenara de emociones por unos instantes, que se mirara por dentro y Compañía extrañada, se complació al entender que sí, que aquello también era bueno, que realmente estar a solas con uno mismo no es tan malo como muchos nos quieren hacer entender.

Al cabo de unos minutos la sonrisa plena de las dos lo decía todo y con un soberbio esfuerzo, Soledad le aseguró que tenía ganas de volver a reunirse con sus amigos para poder jugar y divertirse de nuevo con todos ellos, cosa que Compañía agradeció desde lo mas hondo de su ser,

al igual que ella misma dijo que intentaría quedarse a veces a solas porque la experiencia bien vale la pena, que su desazón había desaparecido por completo y que por fin podía estar bien a solas consigo misma.

10 comentarios:

Amylois dijo...

Eres un artista!!!! Que cuento más bonito!!!! Bravo.

TORO SALVAJE dijo...

Muy bueno, te felicito.
Está muy bien escrito.

Saludos.

clariana dijo...

En tu relato nos haces ver la importancia de la Soledad, cuando la mayoría de las personas la tienen un poco como de lado, incluso la timidez aunque sea otra cosa, está muy mal vista hoy en día, yo lo notaba por los padres/madres de los niños, era como algo que tenían que superar sus hijos y yo por dentro pensaba, como les voy a ayudar a superar algo que forma parte de una persona y que creo que no es malo.
Yo de pequeña también era así, tuve que luchar por esa manía de superarlo y luego quise volver a mi timidez primaria. Me ha gustado mucho tu relato. Petons.

Anónimo dijo...

Qué chulo, me ha encantado, esos dos pilares de nuestras vidas, dándose clases mutuamente, como debe de ser, de las dos situaciones hay que sacar partido, en resumen es vivir.
Muchos besos J y gracias por la felicitación del cumple. Ayer operaron a mi hija, todo ha ido bien, muy bien. Más besos

Pilar Álamo dijo...

Es un relato precioso. Me he sentido muy bien al leerlo porque refleja situaciones que no son extrañas.
Me quedo con Soledad pero sólo cuando yo quiera elegir estar sola.
Un abrazo y mi enhorabuena por tu genio al escribir.

Alimontero dijo...

Ay...cómo me ha gustado esto!!
Una particular visión de la "compañia y soledad".
Precioso! Felicidades!!

Ali

p.d. gracias.....;-)

PinUp dijo...

No es más rico quién más tiene, sinó quién menos necesita ;)

Muakssssssssssssssssss!!!!

Belén dijo...

Todo es bueno, siempre y cuando se haga con libertad :)

Besicos

mangeles dijo...

¡Me encanta tú cuento, Jocavi¡¡¡ imagina a alguien como yo...que cuando necesita recomponerse...cuando está sufriendo y tiene que levantarse...no lo puede hacer de otra forma que en SOLEDAD....

Cuando tengo una mala racha, tengo que desconectar, literalmente´, el teléfono, para que algunas personas me dejen en paz...que entiendan, que efectivamente soy una persona muy comunicativa...pero solo soy capaz de "recomponerme" y "superar situaciones difíciles"...YO SOLA, CONMIGO MISMA....


Si no tengo mi "soledad", mis encuentros conmigo misma...no soy capaz de comunicarme con los demás.

Besos, guapo

loboestepario dijo...

Muy bueno el cuento,una vez más vemos como dos naturalezas opuestas se necesitan para buscar su propio equilibrio aunque sea por un momento siquiera en el que comprenden la necesidad de ambos en el universo,en el que todo fluye,y esa es su magia.